Rusia se despierta. Tras el pucherazo de las pasadas elecciones, el virus español del 15 M se ha contagiado a la población rusa en lo que podríamos definir como los "indignados del Este". Lo que parecía imposible hace 20 años hoy parece una meta posible que sólo puede alcanzarse con la lucha y el renacer de la conciencia del pueblo ruso.
No sólo se han congregado en las ciudades más importantes de este enorme país, incluso en Izhevsk, una pequeña localidad industrial de Udmurtia, donde más de 400 personas fueron detenidas por pedir la dimisión de Vladimir Putin tras su cometido fraude en las urnas.
Algunos achacan estos acontecimientos a la corta edad del periodo democrático en Rusia. Pero la democracia rusa no es joven porque ni siquiera le dado la oportunidad de nacer. En esta última convocatoria a las urnas es posible darse cuenta de la dictadura y caciquismo a la que está abocada la sociedad rusa del momento: se han saltado procedimientos, se han metido papeletas en las urnas de forma masiva, varias personas recorrieron los colegios votando más de una vez, etc.
Hace veinte años era impensable la idea de echar el poder del Kremlin, hoy por hoy y gracias a las nuevas tecnologías y a internet, esto es un hecho y hay que apoyarlo.
Por una sociedad rusa libre, consciente y autónoma.
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